Autores: Jhony Arango, Marina Bieri, Deysi Blandín y Kathrin Klöti, acompañantes internacionales de PWS en Honduras.
En Honduras, PWS es la única organización realizando acompañamientos cuyo equipo se compone de voluntarios/as no solo internacionales sino también nacionales. Esa característica nos pone en una situación diferente de nuestras organizaciones hermanas que cuentan con equipos exclusivamente internacionales. En este artículo queremos analizar cuáles son las ventajas de esa peculiaridad y preguntarnos si implica algunas desventajas también.
Situación actual de equipo
En la actualidad son tres nacionalidades que son representadas en el equipo de acompañantes de PWS Honduras: Somos un colombiano, dos suizas y una hondureña. El tamaño del equipo varia. Sin embargo, el objetivo es que sean cuatro personas en cada momento. Para garantizar que siempre haya voluntarios/as con suficiente experiencia en el equipo, las misiones de los voluntarios/as comienzan de forma escalonada. Eso implica que hay cambios frecuentes en la composición del equipo.
Ventajas de trabajar con acompañantes nacionales
¿Cómo es entonces trabajar en un equipo nacional e internacional? Para nosotros como miembros actuales, sentimos que realmente es una ventaja. Podemos aprender mucho entre nosotros/as y de los contextos diferentes de los que provenimos. Particularmente para mejor entender el contexto de Honduras y los acompañamientos que realizamos, nos ayuda bastante trabajar con una acompañante de este país. Para los miembros suizos, es de ayuda también tener compañeros/as hispanohablantes por razones lingüísticas e incluso para esto nos sirve mucho tener una compañera hondureña, porque nos puede enseñar expresiones ‘catrachas’ (otra palabra para ‘hondureña’) o el lenguaje popular y propio del país, que nos puede hacer un poco más complicada la comprensión de lo que sucede en algunos acompañamientos.
A los voluntarios/as internacionales les permite también ver las problemáticas no solamente desde el punto de vista de las comunidades acompañadas, sino también desde la perspectiva de una compañera que se encuentra en la misma situación que ellos/as con la diferencia que las personas que acompañamos son sus conciudadanos/as y que después de la terminación de su misión como acompañante no se irá del país, pero sigue en esa realidad que a veces y sobre todo para los voluntarios/as europeos/as puede ser muy extraña. Nos facilita también comprender los aspectos que definen la vida de los hondureños/as de manera más global.
¿Posibles desventajas? ¡Soluciones!
Después de haber mencionado ventajas, surge la pregunta de desventajas, y realmente no se nos ocurre ninguna. Al contrario, sentimos que quizás precisamente porque somos un equipo mixto hablamos bastante entre nosotros/as de forma proactiva y expresamos sugerencias y dudas que tenemos, para así encontrar la mejor solución posible para todos/as nosotros/as y hacer el mejor trabajo que podemos para PWS y las comunidades y organizaciones que acompañamos.
Aunque cabe mencionar que el trabajo en equipo representa un desafío constante, pues son diferentes culturas y estilos de trabajo combinado que exigen un nivel de compromiso y responsabilidad con la ética propia. Esto, aún más para este tipo de organizaciones como PWS, donde los principios de no-violencia, horizontalidad y no injerencia nos ubican en un panorama de constante aprendizaje.
Para tener/construir un equipo fuerte y estable, es necesario construir una dinámica de trabajo en equipo, donde todas y todos tengamos voz y autonomía. Por tanto, es imprescindible tener un trabajo constante de reflexión y auto critica para fortalecer un trabajo en equipo que permita sostener la labor que hacemos hacia afuera. En el equipo de voluntarios/as de PWS nos ha servido mucho compartir valores como la solidaridad, para fortalecer este pilar fundamental de trabajo en una ONG de derechos humanos.
Tegucigalpa, octubre 2021