Solo llevo dos meses en este país, Honduras, y realmente no puedo creer lo que veo, lo que escucho, lo que estoy leyendo. Yo supe, antes de venir, que la situación está difícil y complicada, pero ver los detalles me deja con la boca abierta y el enojo en mi estómago.
La injusticia e hipocresía en el liderazgo de este país son desvergonzados. Hay tantas organizaciones que están luchando para obtener justicia, que están intercediendo, que están defendiendo y protegiendo los Derechos Humanos… pero los cambios vienen muy lentos.
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