Relaciones de poder desiguales en un desalojo de tierras

Un Artículo de Annina Scherrer, acompañante de derechos humanos de Peace Watch Switzerland (PWS) en Honduras.

Tegucigalpa, Honduras, Junio 2022

En el sur de Honduras, PWS acompañó el desalojo de un terreno, iniciado por una empresa de okra del sur del país, que la cooperativa campesina «Empresa Asociativa Campesina de Producción 9 de Noviembre» viene cultivando, habitado y tratando de recuperar desde el 25 de marzo de 2022. El grupo está en conflicto con esta empresa, que quiere apropiarse del terreno para el cultivo de okra. Con la recuperación de las tierras, los miembros de la cooperativa esperan un futuro mejor y su subsistencia.

El 15 de junio de 2022, acompañamos el desalojo de un terreno, iniciado por una empresa de okra del sur del país, que la cooperativa campesina «Empresa Asociativa Campesina de Producción 9 de Noviembre» viene cultivando, habitdo y tratando de recuperar desde el 25 de marzo de 2022. El grupo está en conflicto con esta empresa, que quiere apropiarse del terreno para el cultivo de okra. El grupo ya había intentado recuperar la tierra para habitar y cultivarla en 2012 y al mismo tiempo presentó una solicitud al Instituto Nacional Agrario (INA) para la optención del título de propiedad. 35 familias de la zona de Santa Ana de Yusguare, en el sur de Honduras, participan en la recuperación de tierras, que son propiedad del Estado. Con la recuperación de las tierras, los miembros de la cooperativa esperan un futuro mejor. Los lugares de los que proceden las familias no ofrecen suficiente espacio para que las familias en crecimiento vivan y produzcan suficientes alimentos. La tierra sería incluso lo suficientemente grande como para que las familias vendieran los excedentes de la producción, además de la agricultura de subsistencia.

La cooperativa retira su campamento.

En 2014 ya se produjo un desalojo de tierras, iniciado por la empresa de okra, alegando que tenía una escritura del terreno. Sin embargo, como resultó que el título de propiedad no es legalmente válido, está en marcha una demanda contra la empresa. Con el cambio de poder en enero 2022 a Xiomara Castro, la cooperativa “9 de Noviembre No. 2” esperaba el apoyo del Estado para recuperar el terreno y se instaló de nuevo el 25 de marzo de 2022.

Cuando llegamos al terreno, poco antes de las 6 de la mañana del 15 de junio, el grupo de agricultores y agriculturas está sentado tenso en sillas a la entrada del terreno. Entre las aproximadamente 25 personas presentes hay muchas mujeres, niños, niñas y ancianes. Hablamos con Ever Vaca, uno de los voceros del grupo de agricultores, que nos describe su situación. Nos dice que apenas han dormido y que han estado hablando toda la noche sobre cómo quieren proceder hoy. Cuando la noche anterior informó al grupo del próximo desalojo, una persona se desmayó y tuvo que ser trasladada al hospital. Sin embargo, dijo, habían llegado a la conclusión como grupo de que no abandonarían el terreno, y que lucharían por sus derechos en los tribunales. Mi colega y yo decidimos tener una presencia internacional fuera del campamento para tener una vía de escape en caso de enfrentamientos entre la policía y la organización de agricultores.

Además de nosotros, de PWS, estuvieron presentes otras organizaciones de derechos humanos entre ellos la Secretaría de Derechos Humanos y miembros del Comisonado Nacional de Derechos Humanos (CONADEH).

Poco después de las 6 de la mañana vimos llegar el primer camión con policías y mujeres policías. El grupo “9 de Noviembre nº 2” parecía aliviado al principio porque “sólo” venía un camión. Sin embargo, poco después llegó un convoy de cinco camiones más llenos de policías, varios policías de tráfico que vigilaban la entrada, un tanque con cañón de agua y la ambulancia de la policía. Los agentes de policía se alinearon con todo su equipo en tres columnas frente al terreno. La visión me hizo sentir un poco de náuseas. Lo que más me irritó fue la proporción de unas 25 personas en el lado de la organización de agricultores, muchas de ellas niños, niñas mujeres y ancianes, y unos 150 policías fuertemente armados en el otro lado. El cañón de agua y la ambulancia también tuvieron un efecto amenazador para mí.

Un poco más tarde, el juez ejecutor llegó con una persona del poder judicial y mostró al grupo de campesinos la orden de desalojo. El vocero de la cooperativa de agricultores, leyó la orden en voz alta. Varios datos de la orden de desalojo eran erróneos: la fecha en la que debía producirse el desalojo, el nombre de la cooperativa de agricultores y la ubicación del terreno que debía desalojarse. Sin embargo, el juez ejecutor comunicó que habría un desalojo de cualquier manera, ya sea ahora, más tarde o en otro día. El grupo, sin embargo, insistió en su derecho a que la orden de desalojo no fuera legalmente válida tal como estaba. Así que el juez se fue en su coche. Hubo una sensación de alivio en el grupo. Sin embargo, como la policía se mantuvo firme, quedó claro que el juez de ejecución no tardaría en volver con una orden de desalojo revisada. Y así fue. Aunque la fecha de la orden de desalojo seguía fijada para el día anterior, el desalojo ya era un hecho.

Ever Vaca señaló que el proceso judicial contra la empresa se llevará a cabo en septiembre, ya que su título de propiedad es falso y por lo tanto no hay razón para desalojarlos. El juez ejecutor respondió diciendo que, mientras no se confirmara oficialmente, se la consideraba propietaria legal del terreno.


Mientras tanto, varios medios de comunicación habían llegado y sólo la policía les permitió el paso cuando unas de las organizaciones de derechos humanos preguntó al comandante si era normal que se negara el acceso a los medios de comunicación.

La policía se alineó ahora directamente frente al terreno y la situación se volvió cada vez más tensa. Sin embargo, parece que el comandante de la policía quería evitar un desalojo violento, ya que se dirigió al vocero y negoció con él. Poco después se reunió la cooperativa de agricultores y decidieron abandonar “voluntariamente” el terreno para evitar un enfrentamiento violento y poder salvar sus pertenencias. Cuando le pregunté a mi colega cómo procedía la policía en caso de desalojo violento, me dijo: “La policía va al terreno, desaloja a la gente por la fuerza y luego lo quema todo.

El grupo de agricultores comenzó a desmantelar sus casas hechas de pilares de madera y láminas de plástico para ahorrar lo máximo posible. Ahora también entramos en sus tierras. La decepción y la tristeza de los desplazados eran evidentes. Una mujer mayor se acercó a nosotros llorando y nos preguntó si seguiríamos acompañándoles. Otra mujer nos dijo que ni siquiera estaba segura en el lugar al que ahora tenían que volver. Una mujer habló de su decepción con la nueva presidenta, Xiomara Castro, que había prometido defender los derechos de los campesinos y agricultores.

Mientras el grupo desmantelaba el campamento, charlamos con diferentes personas de la cooperativa. Una mujer dijo: “Mira cómo nos rodean más de cien policías fuertemente armados, como si fuéramos las peores personas del mundo. Nos tratan como si fuéramos delincuentes graves y ni siquiera vamos armados. Lo único que queremos es plantar maíz para poder dar a nuestros hijos y hijas un futuro mejor”. Un hombre nos dijo: “La dueña de la empresa ya ha construido una vida y ha asegurado un futuro para sus hijos. ¿No nos merecemos también la oportunidad de un futuro mejor, sin hambre ni penurias?”

Al cabo de unas tres horas, la policía entró en el terreno y ofreció su ayuda para despejarlo. Un policía dijo: “Ya no soporto el sol y aún nos queda mucho camino por recorrer”. Como el convoy había viajado desde Tegucigalpa, querían partir lo antes posible. La policía se quejó de haber esperado bajo el sol mientras el grupo de campesinos era obligado a desalojar sus casas.

Sin embargo, el grupo de agricultores aceptó la ayuda de los policías. Con la presencia de unos 150 policías, el terreno se despejó rápidamente.

Aunque el desalojo fue una gran decepción para el grupo de agricultores, la mayora de ellos y ellas subrayaron que no se rendirán. Quieren seguir reuniéndose, organizar bien el grupo y esperar primero el proceso judicial de la empresa. Me impresionó y conmovió mucho este espíritu de lucha.

Leyenda de foto: La policia llega para desalojar a las/los pobladora/es del la «Empresa Asociativa Campesina de Producción 9 de Noviembre».

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